Menos mal que tenemos un liquido especial para que se ablande la seda y se despegue, porque no habría forma de salir del capullo, de todas formas debemos hacer un gran esfuerzo, incluso tenemos que romper la seda y tod@s sabéis lo resistente que es el hilo de seda que hacemos.
Y... aquí me tenéis, saliendo del capullo, ya no soy un gusano, tengo ojos,
antenas, ¡patas articuladas!. Ehhh, mi
prima está saliendo también, ¡HOLA PRIMUCHA!, ¿a ver quién sale antes?.
Ahora tienen que estirarse mis alas, para ello tengo que hacer mucha presión
durante un buen rato.
Ya está, por fin, aunque un
poco sucia en el abdomen, ya soy una mariposa, solo me queda descansar un poco,
mientras me perfumo para que me encuentre mi novio, no puedo volar, pero tampoco
me importa mucho porque no me gustan las alturas, los chicos mueven mucho las
alas pero tampoco vuelan, vienen andando, dan vueltas a nuestro alrededor y si
nos gustamos, nos juntamos.
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Recién
puestos, los huevos son de color amarillo, al cabo de un par de días empiezan a
ponerse marrón clarito y poco a poco se
oscurecen, los que se quedan amarillos no tienen ningún gusanito dentro. En
primavera hay que estar atentos porque con los primeros brotes de morera
nacemos.
¿Cuantos huevos hay en el cuadrado?